martes, 24 de junio de 2014

La casa de los espíritus: literatura en estado puro

¿Por dónde puedo empezar? Hacía mucho tiempo que no conectaba con un libro de esta manera. Quizá desde que leí Middlesex de Jeffrey Eugenides el año pasado. Y es que las historias de sagas familiares son unas de mis favoritas.

Cuando lees La casa de los espíritus es inevitable pensar en Cien años de soledad. No sólo por la magia que rezuma de cada pasaje, también por el poso histórico que se esconde en cada episodio. Siemore guardando las distancias con la gran obra de Gabriel García Márquez. 

Es muy difícil hablar de esta novela de Isabel Allende (Perú, 1942) sin revelar detalles centrales de su argumento. Tan sólo diré que el libro repasa el devenir de cuatro generaciones de una misma familia. Desde la prudente Nívea, hasta la rebelde Alba, pasando por Clara la clarividente y la pasional Blanca, sin olvidar a la hipnótica Rosa. Allende da voz a todos estos personajes femeninos, a sus inquietudes y pensamientos más profundos, sin dejar de lado a los personajes masculinos: el temperamental Esteban Trueba, los dispares gemelos Jaime y Nicolás, el reivindicativo Pedro Tercero García, el guerrillero Miguel... hasta el punto de que el único personaje que relata los principales acontecimientos de la obra en primera persona es el patrón Esteban Trueba.

El día a día de esta familia, sus encontronazos y devenires van cobrando forma hasta llevarnos a los trágicos acontecimientos que vivió Chile con el golpe militar de 1973. En este punto toda la novela cobra pleno sentido, así como el destino de sus personajes.

Leo en Wikipedia algunas de las críticas atribuidas a la obra de Allende. Desconozco el resto de su obra, pero al menos en lo que a La casa de los espíritus se refiere, no creo que se trate de un libro meramente comercial (la facilidad de lectura no es sinónimo de falta de calidad literaria, todo lo contrario) ni la considero una novela vacía en lo que a contenido de género se refiere. La violación, el aborto, el derecho al sufragio, el maltrato o la independencia económica de la mujer son sólo algunos de los temas de género que aborda, sin profundizar, pero dejando de forma velada una postura feminista al respecto.

Os invito a que descubráis esta obra, si es que no lo habéis hecho ya, y a que compartáis con nosotros vuestras impresiones. Aquí tenéis algunas citas para animaros a su lectura.

"Lo habían discutido a menudo con sus amigas sufragistas y habían llegado a la conclusión que mientras las mujeres no se cortaran las faldas y el pelo y no se quitaran los refajos, daba igual que pudieran estudiar medicina o tuvieran derecho a voto, porque de ningún modo tendrían ánimo para hacerlo, pero ella misma no tenía valor para ser de las primeras en abandonar la moda".
 "Clara lo dejó chillar y dar golpes a los muebles hasta que se cansó y después, distraída como siempre estaba, le preguntó si sabía mover las orejas".
"En ese sentido las mujeres son muy brutas. Son hijas de rigor. Necesitan a un hombre para sentirse seguras y no se dan cuenta que lo único que hay que temer es a los mismos hombres".
"-¿Por qué vivía así, si le sobraba el dinero?- gritó Esteban.
- Porque le faltaba todo lo demás- replicó Clara dulcemente".
"Igual que en el momento de venir al mundo, al morir tenemos miedo de lo desconocido. Pero el miedo es algo interior que no tiene nada que ver con la realidad. Morir es como nacer: sólo un cambio".

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