lunes, 3 de marzo de 2014

¡Por Santa Teresa!

Han pasado algunos años desde que concluyera mi etapa como estudiante de secundaria. Casi una década desde que terminé Bachillerato. Los recuerdos de los contenidos que estudié en aquellos años no son todo lo claros que me gustaría. Sin embargo, puedo rememorar con auténtica precisión unos hermosos versos de Santa Teresa que así decían:

Vivo sin vivir en mí,
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.

Vivo ya fuera de mí,
después que muero de amor;
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí:
cuando el corazón le di
puso en él este letrero,
que muero porque no muero.

Esta divina prisión,
del amor en que yo vivo,
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero [...].
STA. TERESA DE JESÚS. "Vivo sin vivir en mí".

"Que muero porque no muero". Qué paradoja. Qué hermoso verso que quedó fijado en mi memoria para siempre gracias a mi libro de Lengua Castellana y Literatura de 1º. de Bachillerato.  Si me hablan de poesía mística, pienso en Santa Teresa y en estos versos, en toda la exaltación que recogen y en toda la pasión que evocan.

Pues bien. Hoy los jóvenes que estudian 1º. de Bachillerato no tienen tanta suerte como la que yo me encontré. En un curso denso, en el que en la asignatura de Lengua se sientan todas las bases para el análisis sintáctico, las herramientas para el comentario de textos y poemas y en el que el repaso a la Literatura termina con el Realismo, los estudiantes no pueden recurrir a estos versos como refugio. Jamás sabrán que es posible "morir por no morir", o al menos no lo sabrán los alumnos que cuenten en su bibliografía con el libro de texto de la línea Tesela de Oxford University Press. En este manual de referencia, la Mística pasa por Fray Luis de León y San Juan de la Cruz. Y por nadie más. Para Santa Teresa no hay ni una triste mención, ni un ejercicio de repaso al final de la unidad.

Y yo, cada vez que lo pienso, siento que "muero porque no muero", porque un sistema ya desequilibrado en lo que a representación de la literatura femenina se refiere no hace sino ir a peor. Es hora ya, en pleno siglo XXI, de que dejemos que las mujeres ocupen con orgullo y dignidad el lugar que se han ganado en la Historia de la Literatura.

2 comentarios:

  1. Además es una figura que tiene una anécdota muy curiosa para ilustrar otros temas.
    Carlos Fisas en su libro Historias de la Historia titula un capítulo: “Santa Teresa de Jesús murió un 4 de octubre y fue enterrada el día siguiente, el 15 del mismo mes”.
    http://piquera.sanesteban.com/monografias/teresa.htm

    ResponderEliminar
  2. No conocíamos la anécdota y es muy interesante! La postearemos para el próximo 15 de octubre ;)

    ResponderEliminar